4. Servicio de Vigilancia Policial
4. Servicio de Vigilancia Policial
La vigilancia policial se fundamenta en parámetros doctrinales que establecen los marcos operativos, logísticos y de talento humano que buscan optimizar el servicio de policía en Colombia. Se implementan cursos obligatorios para el personal uniformado, cultivando así competencias profesionales (Cursos Mandatorios), los cuales buscan comprender el respeto a los derechos humanos y un enfoque de servicio público estandarizado y profesional. Como pilar central de la transformación del servicio de policía, promoviendo la interacción con la comunidad y la respuesta a las necesidades de seguridad ciudadana. La vigilancia policial actualmente contiene un nuevo sistema de indicadores que miden desde las tasas de criminalidad y tiempos de respuesta, hasta la inteligencia, el soporte tecnológico, la gestión de recursos y la integridad institucional. Este enfoque integral busca asegurar un servicio policial efectivo, articulado y centrado en la prevención y control para una convivencia pacífica
Los documentos abordan la vigilancia policial desde una perspectiva multifacética, integrando capacidades operativas, tecnológicas, logísticas y humanas:
Capacitación y Desarrollo Profesional Obligatorio:
Los cursos obligatorios para el personal uniformado de la Policía Nacional de Colombia están diseñados para fortalecer sus competencias en el servicio policial. Estos incluyen desarrollo de habilidades especializadas y un enfoque en el servicio público. Esta formación es fundamental para el desempeño efectivo de las tareas de vigilancia.
Modelo del Servicio de Policía y Vigilancia Comunitaria:
La Policía Nacional busca transformar su servicio hacia un modelo flexible, diferencial, moderno y eficaz, cercano al ciudadano. Esto se alinea con la meta de generar valor público.
El "Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes" (MNVCC) sige siendo la base para el desarrollo de las jurisdicciones de las patrullas de vigilancia, Llamadas ahora Zonas de Atención con indicadores específicos sobre el cumplimiento de las tareas descritas en la TAMIR y la asignación de personal según el perfil y grado requerido. Esto asegura una vigilancia más presente y adaptada a las necesidades locales, el cuadrante cambia de denominación siendo ahora Zonas de Atención Policial
La gestión comunitaria se evalúa por su impacto en la reducción de delitos como homicidio intencional por riña, hurto a personas y lesiones personales en zonas urbanas, mediante el despliegue de la oferta de participación cívica. Se mide también el número de actividades de gestión comunitaria para prevenir el hurto y las lesiones personales.
Prevención y Control de Delitos (JESEP):
Se establecen indicadores de la tasa de homicidio intencional, hurto a personas y lesiones personales en zona pública por cada 100,000 habitantes, buscando su disminución.
El tiempo promedio de respuesta en la atención de motivos de policía es crucial, con metas de 30 minutos para zonas urbanas y 40 minutos para zonas rurales.
Se realiza seguimiento a los conflictos de convivencia, especialmente los que ponen en riesgo la vida e integridad, mediante mediación policial para evitar la escalada a violencias físicas.
La efectividad del servicio de prevención y protección mide la protección de personas en situación de riesgo y amenaza, incluyendo a figuras públicas y víctimas, garantizando que las medidas asignadas sean adecuadas.
Se monitorean las coordinaciones interinstitucionales para la protección al turista, realizadas por los Grupos de Protección al Turismo y Patrimonio Nacional.
Las acciones de control ambiental, como la lucha contra la deforestación, la minería ilícita, la contaminación hídrica, el tráfico de recursos naturales y el maltrato animal, forman parte integral de las actividades de vigilancia.
Se mide la incautación de drogas (clorhidrato de cocaína, pasta y base de cocaína, marihuana) y la destrucción de laboratorios e infraestructuras de producción de drogas ilícitas, así como la afectación a los medios empleados para el tráfico de drogas.
4. Inteligencia Policial (DIPOL):
Se evalúa la contribución de los informes de inteligencia a la investigación criminal y el desarrollo operacional contra estructuras criminales priorizadas.
Se mide el porcentaje de cumplimiento en las sesiones de inteligencia y la capacitación del personal de inteligencia y contrainteligencia. Esto asegura que la vigilancia esté bien informada y proactiva.
5. Soporte Tecnológico (OFTIC):
La actualización del Sistema de Información para la Administración de Hardware y Software (SINVE) y la gestión de tickets SIGMA para incidentes de TIC son vitales para mantener la infraestructura tecnológica que soporta la vigilancia.
La implementación de controles de seguridad de la información es clave para proteger los activos digitales de la Policía Nacional.
La disponibilidad de líneas de telefonía móvil (SISTEL) al servicio de la policía y la atención al ciudadano asegura la comunicación operacional.
6.Gestión de Recursos Logísticos y Financieros (JENAR):
La eficiencia en la administración de vehículos (mantenimiento, combustible, control de comparendos) y el aprovisionamiento de combustible garantizan la operatividad de las patrullas y unidades de vigilancia.
El mantenimiento de armamento y equipos electro-ópticos es esencial para que el personal de vigilancia cuente con las herramientas necesarias.
La gestión documental y la actualización de sistemas de información como SIGES y SAP-SILOG aseguran la trazabilidad y control de los recursos para la vigilancia.
7. Integridad Policial (INGER):
La evaluación de quejas y la gestión disciplinaria contribuyen a mantener la confianza pública y la legitimidad de las acciones de vigilancia.
La mediación y conciliación como mecanismos alternativos de solución de conflictos ayudan a prevenir el escalamiento de problemas que podrían requerir intervención policial más directa.
Las acciones de prevención contra la violencia de género y la sensibilización a poblaciones vulnerables mejoran la relación de la policía con la comunidad, facilitando la vigilancia proactiva.
8. Direccionamiento del Talento Humano (DITAH):
La calidad de los datos en SIATH (Sistema de Información para la Administración del Talento Humano) y la evaluación del desempeño son fundamentales para gestionar al personal de vigilancia.
La gestión de incentivos y actividades de mejora de la calidad de vida laboral, así como la inducción y el entrenamiento en el cargo, aseguran que el personal de vigilancia esté motivado, capacitado y bien integrado.
Indicadores sobre salud mental, accidentalidad laboral y oportunidad en citas médicas aseguran el bienestar del personal, lo que impacta directamente su capacidad para llevar a cabo la vigilancia.
En esencia, la vigilancia policial es como el sistema circulatorio de una ciudad: necesita no solo la fuerza física de las patrullas (los "glóbulos rojos" en la calle) sino también la inteligencia para saber dónde actuar (el "cerebro"), la logística para mantener esos "glóbulos" operativos (la "sangre" y los "vasos"), la tecnología para coordinar y registrar (el "sistema nervioso"), y la integridad para ganar la confianza de la comunidad (la "salud general" del cuerpo social).